lunes, 25 de octubre de 2010

La configuración narrativa de Marías en Tu rostro mañana

A lo largo de su extensa carrera como escritor, Javier Marías ha construido un universo narrativo muy particular, en el que muchas de sus obras se interrelacionan, ya sea en la temática o en la expresión argumental de su peculiar voz narrativa. De esta forma, se produce una vinculación significativa entre Todas las almas y Tu rostro mañana, hasta el punto de que se puede decir que el narrador de una y otra es el mismo, si bien en la segunda acarrea otras muchas experiencias, como la que le aporta un matrimonio maltrecho. En bastantes momentos, el narrador de Tu rostro mañana hace referencias a acontecimientos ocurridos en Todas las almas, e, incluso, llega a retomar algunas de las reflexiones. Y es que las reflexiones organizadas a través de digresiones son una constante de buena parte de su obra, como Corazón tan blanco o Mañana en la batalla piensa en mí. Se hace mención explícita a personajes que ya aparecían en Todas las almas, como la antigua amante y compañera de trabajo, y, sobre todo, Toby Rylands. De hecho, este personaje tenía una función especial dentro de la primera novela oxoniense del autor. Ahora el personaje ya está muerto, pero Peter Wheeler, que además es su hermano, parece haber heredado su papel; es más, ambos mantienen una relación muy similar con el protagonista: son dos profesores y amigos que hacen que éste amplíe sus conocimientos gracias a las experiencias de aquéllos. De hecho, uno se convierte en un trasunto del otro. Los papeles que cumplen son, si no los mismos, demasiado similares. Por así decirlo, se da una repetición y posterior reestructuración de diversos componentes narrativos que ya aparecían en Todas las almas. 
Otra de las características de la obra del escritor consiste en que éste aprovecha acontecimientos reales propios o de personas muy cercanas, que conoce o le afectan, los cuales reestructura posteriormente integrándolos dentro de sus narraciones. Así, por ejemplo, las vivencias reales del padre de Javier Marías, el filósofo Julián Marías, aparecen modificadas, es decir, ficcionalizadas, convertidas en ficción en Negra espalda del tiempo (en la que el componente autobiográfico es significativo) y, en mayor medida, en la novela que nos ocupa. De hecho, Marías vierte en su narrativa no sólo sus opiniones (muchas de ellas comunes en sus artículos periodísticos), sino sus vivencias, hasta el punto de que podemos imaginar cuáles constituyen algunas de sus “obsesiones”, sus fantasmas particulares que reconfiguran parte de sus composiciones. Precisamente, la figura del fantasma se repite en su obra, si bien no resulta remarcable en Tu rostro mañana. No se ha de olvidar que hasta el título de la obra resulta significativo al respecto, pues varios son los artículos periodísticos en los que Marías ya reflexionaba sobre cómo los rostros no son sino una manifestación más de las experiencias vividas por el individuo. Pero esas experiencias muchas veces quieren ser ignoradas, ocultadas, en esta sociedad nuestra, esto no conviene ser olvidado.
El escritor recurre no sólo a lo que conoce por personas cercanas, sino también a lo recogido en los libros de historia. Alude con frecuencia a los hechos acaecidos durante la Guerra Civil Española, como es el caso del asesinato de Andrés Nin. De hecho, los acontecimientos históricos reales, así como los personajes históricos, están muy presentes en la primera parte de Tu rostro mañana. En esta ocasión, además, el escritor ahonda en los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial. Se habla de la función de los espías, los organismos secretos (como la M15 o M16), los sistemas y las estrategias. En concreto, en muchas páginas, y a través de la voz narrativa de Wheeler, quien da testimonio de lo ocurrido, se trata cómo el gobierno británico destacó entre la población la necesidad del secreto para que el enemigo nazi no supiera datos fundamentales. Este tema histórico, real, le sirve a Marías para profundizar en la capacidad de la palabra y del silencio, otros temas básicos y recurrentes en su narrativa. No olvidemos, por ejemplo, que el conocer constituye una pieza angular de Corazón tan blanco (“No he querido saber, pero he sabido...”, comienza diciendo el narrador de esta singular obra).
Son muchos los elementos que Marías vuelve a reintroducir, variándolos, una y otra vez en su obra. Quienes sean un poco observadores, o conozcan datos fundamentales de su biografía, los conocen. Así, por ejemplo, tal y como señala el narrador de Negra espalda del tiempo, Javier Marías no es el nombre “real”, por decirlo de algún modo, del autor; su verdadero es Xavier Marías. Pues este hecho se traslada a la ficción de Tu rostro mañana, hasta el punto de que el narrador vacila entre diversos nombres. Es nombrado de muchas formas diferentes por diversos personajes. Y es que cómo nos nombran los demás, su forma de dirigirse a nosotros, no es irrelevante. Obviamente, no lo ha sido para el autor, que aprovecha su experiencia personal en sus narraciones, deformándola. Precisamente esto es lo que hace Marías: aprovechar su experiencia personal pero trasladándola a su narrativa mediante un proceso depurador y deformador. Sus escritos dependen de su persona, de su biografía, pero no aluden directamente a ella, sino que sólo se mantienen algunas de las pinceladas que la conforman. Nunca es el mismo Marías quien aparece retratado, sino sus personajes, quienes, en algunas ocasiones, aprovechan algunos rasgos del autor.
Por su parte, se ha de destacar que, respecto a otras obras del autor, ésta se caracteriza por el hecho de que la parte argumentativa, mediante la cual se organizan las reflexiones, aparece mucho más limitada. Así, en la primera parte, la acción apenas transcurre entre una noche de fiesta y la mañana siguiente. Digamos que, a través de esa noche, se organiza el pasado de Jacques y sus acciones futuras. Sin embargo, la estructura narrativa es perfecta porque el material argumentativo escaso queda reforzado por otro reflexivo que da profundidad a la obra y, además, señala la peculiar voz del autor, inimitable. Digamos que la novela tiene una gran calidad literaria y resulta coherente respecto a otras obras del autor. No en vano, Marías destaca especialmente por la creación de vinculaciones entre sus obras mediante las cuales se generan vínculos concéntricos y circulares que tienen un efecto globalizador, integrador. 

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